miércoles, 1 de julio de 2015

Bajas temperaturas en el trabajo. 

La exposición laboral a ambientes fríos puede producirse en determinados ambientes industriales, pero también en trabajos a la intemperie.  Esta exposición al frío puede producir desde incomodidad, deterioro de la ejecución física y manual de las tareas, a congelaciones en los dedos de las manos y los pies, mejillas, nariz y orejas (enfriamiento local), aunque la más grave consecuencia de ello es la hipotermia (enfriamiento general del cuerpo), que consiste en una pérdida de calor corporal. El cuerpo humano es homotermo, es decir, necesita mantener una temperatura constante (36º C) independientemente de la temperatura exterior. Pequeñas variaciones sobre esta temperatura producen efectos negativos, ya que el cuerpo posee mecanismos para mantenerla constante y no tolera los cambios térmicos.


Por lo general, con un ajuste apropiado de la vestimenta, se consigue controlar y regular la pérdida de calor corporal para equilibrar los cambios termohigrométricos en el ambiente. No obstante, evaluar la exposición al frío y aplicar las medidas preventivas es fundamental para que este tipo de trabajo se pueda desarrollar en condiciones seguras.

Se pueden citar como trabajos que se desarrollan en ambientes fríos: 
• Trabajos del sector agrícola y pesquero. 
• Construcción y obras públicas. 
• Sector forestal. 
• Actividades de buceo. 
• Trabajos relacionados con la destrucción de plagas. 
• Cámaras frigoríficas.
 • Cámaras congeladoras.
 • Almacenes fríos.
 • Trabajos relacionados con la industria alimentaria.

Efectos del frío


En el mejor de los casos, el frío es responsable de incomodidad térmica, lo que no deja de ser un déficit ergonómico. La falta de confort redunda en distracción, lo que no sólo reduce el rendimiento en tareas que puedan exigir especial concentración, sino que aumenta el riesgo de aparición de incidentes o, incluso, accidentes. De hecho, el enfriamiento de los tejidos corporales puede mermar nuestra capacidad física y mental, lo que explicaría el aumento de la probabilidad de accidentes. El empleo de pesadas prendas de abrigo, además de limitar nuestra destreza, aumenta nuestro gasto energético. Algunos autores estiman que cada kilo suplementario de indumentaria aumentaría el consumo energético del trabajador en un 3%.

Efectos Fisiológicos debido al frió.

 El cuerpo humano genera energía a través de numerosas reacciones bioquímicas cuya base son los compuestos que forman los alimentos y el oxígeno del aire inhalado. La energía que se crea se emplea en mantener las funciones vitales, realizar esfuerzos, movimientos, etc. Gran parte de esta energía desprendida es calorífica. El calor generado mantiene la temperatura del organismo constante siempre que se cumpla la ecuación del balance térmico.

Si la temperatura central del cuerpo humano desciende por debajo de los 35º C, se produce una situación en la que el organismo no es capaz de generar el calor necesario para garantizar el mantenimiento adecuado de las funciones fisiológicas. Cuando el flujo de calor cedido al ambiente es excesivo, la temperatura del cuerpo desciende y existe riego de sufrir estrés por frío.  Los efectos clínicos de la exposición al frío son inmediatos, por lo que los trabajadores deben estar entrenados para identificar los síntomas. Puede producir:
  • entumecimiento.
  •  escalofríos y disfunción neuromuscular. 
  •  cuando la exposición al frío es muy intensa se pueden producir lesiones localizadas en los tejidos vivos llamadas congelaciones, que pueden ser superficiales o profundas. La congelación se localiza preferentemente en la periferia del cuerpo, siendo las zonas más afectadas la cara, ya que el rostro no suele cubrirse, y los dedos de las manos y los pies.
  •  Otra forma de lesión localizada por frío es el “pie de trinchera”, proceso originado por la exposición crónica al frío, sobre todo por la inmersión prolongada en agua fría, y que se va agravando por el empleo de calzado ajustado.
La consecuencia más grave de la exposición al frío es la hipotermia. Se habla de hipotermia accidental cuando la temperatura central del cuerpo humano desciende por debajo de los 35º C de forma espontánea, generalmente en ambiente frío o por inmersión y sin lesión previa del hipotálamo, zona cerebral donde se sitúa el centro regulador de la temperatura.

La consecuencia más grave de la exposición al frío es la hipotermia. Se habla de hipotermia accidental cuando la temperatura central del cuerpo humano desciende por debajo de los 35º C de forma espontánea, generalmente en ambiente frío o por inmersión y sin lesión previa del hipotálamo, zona cerebral donde se sitúa el centro regulador de la temperatura.


También se pueden producir efectos de tipo psicológico tales como: 
  •  malestar, 
  •  reducción del rendimiento o en última instancia, 
  •  deterioro de la función mental.

Evaluación de riesgos por estrés térmico debido al frío.

Cuando el proceso de trabajo o las condiciones meteorológicas hacen imposible la eliminación de los riesgos por frío, es necesario evaluarlos para saber si se pueden considerar aceptables para la salud o si, por el contrario, es preciso aplicar medidas para reducirlos hasta niveles aceptables. Las condiciones térmicas en ambientes interiores, si el proceso no implica bajas temperaturas, son relativamente fáciles de modificar mediante técnicas de ingeniería, mientras que el ambiente exterior depende del tiempo y del clima, por lo que las medidas de protección que se deben aplicar son, principalmente, llevar una ropa de protección adecuada o el control de la exposición. Cuando las temperaturas son muy bajas, puede ser necesario usar protección respiratoria y ocular. Para la evaluación del riesgo por enfriamiento general, existe el índice IREQ (Aislamiento requerido de la vestimenta), que cuantifica el aislamiento térmico que debe proporcionar la vestimenta, tanto en trabajos en espacios interiores como en exteriores, para evitar una pérdida neta de calor del cuerpo, y que podría tener como consecuencia el enfriamiento general. Los datos de partida para dicha evaluación son las medidas ambientales de temperatura, velocidad del aire, humedad, radiación y la estimación de la carga metabólica.

Con este método se puede evaluar el estrés por frío tanto en términos de enfriamiento general del cuerpo como de enfriamiento local de ciertas partes del cuerpo, por ejemplo, de las extremidades y la cara.

Control  de la exposición, medidas preventivas:

Medidas Técnicas: 
  1. Medición periódica de la temperatura y la velocidad del aire. La velocidad del aire en los puestos de trabajo es a veces demasiado alta, provocando quejas de los trabajadores por la existencia de corrientes de aire. Los problemas pueden resolverse cambiando o ajustando las salidas de aire frío o re configurando los puestos de trabajo. 
  2. Disponer zonas de descanso calientes y secas.
  3. Utilizar pantallas cortaviento en exteriores y modificar los difusores de aire reduce la velocidad del aire.
  4. Equipos y herramientas Seleccionar herramientas y equipos diseñados y probados para condiciones de frío. Elegir un diseño que pueda manejarse con las manos enfundadas en guantes. pre calentar las herramientas y los equipos. Guardar las herramientas y los equipos en un lugar con calefacción. Aislar los mangos de las herramientas y los equipos.  
  5. Maquinaria Seleccionar maquinaria diseñada para ambientes fríos. Guardar la maquinaria en lugares protegidos. Pre calentar la maquinaria antes de utilizarla. Aislar los mangos y controles. Diseñar los mangos y controles para que puedan manejarse con las manos enfundadas en guantes. Prepararla para que su reparación y mantenimiento sean fáciles en condiciones adversas.
  6. Aislar el suelo cuando el trabajo tenga que realizarse durante un período de tiempo prolongado de pie, de rodillas o tumbado en el suelo. Proporcionar calor adicional cuando el trabajo sea ligero y estacionario.  
Medidas Organizativas 
  1. Establecer regímenes adecuados de trabajo y descanso en áreas protegidas (refugio, habitación caliente). 
  2. Reducir el número de horas de trabajo a baja temperatura. 
  3. Seguir una alimentación rica en calorías e incrementar la ingesta de bebidas templadas, dulces, sin cafeína y no alcohólicas, para evitar la deshidratación. 
  4. Limitar el consumo de café como diurético y modificador de la circulación sanguínea minimiza las pérdidas de agua y, por lo tanto, de calor.
  5. Vigilancia específica de la salud para la posible detección de especiales sensibilidades, problemas dérmicos, disfunciones circulatorias o cualquier patología que pudiera agravar la sintomatología. 
  6. Los trabajadores serán formados en informados en relación con aspectos relacionados con la prevención y efectos del frío, acerca de las reacciones fisiológicas y subjetivas del organismo, los aspectos relacionados con la salud, el riesgo de accidentes, las medidas de protección, el uso de prendas protectoras y las técnicas de primeros auxilios.
  7. • Utilizar ropa cortaviento reduce el efecto de la velocidad del aire. 
  8. Realizar reconocimientos médicos previos es una medida adecuada para detectar disfunciones circulatorias, problemas dérmicos, etc.
  9.  Sustituir la ropa humedecida evita la congelación del agua y la consiguiente pérdida de energía calorífica.
Medidas de protección individual: 
  1. Usar vestimenta adecuada dispuesta en capas para potenciar el efecto aislante pero que no dificulte el movimiento del trabajador. 
  2. Utilizar ropa cortaviento para reducir el efecto de la velocidad del aire. 
  3. Sustitución de la ropa húmeda por otra seca




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